El
domingo recién llega.
Desde el patio se huele el aroma a malvón y
jazmín de mi casa, y se siente el cantar de
los pájaros.
Por la ventana del frente veo pasar a los vecinos,
y de la casa de al lado siento un viejo receptor sintonizado
en radio LT9, que transmite lo que será un
domingo de fútbol, mientras mi madre prepara
todo para amasar pan, mi viejo arregla el patio.
Por la mañana salimos los del barrio "
a la calle " a jugar, esto de andar en bici o
de jugar a la pelota nos podía convertir en
Fangio o en los mejores jugadores de Colon o Unión.
Después del almuerzo, la siesta, y en ella
el infaltable " matinée " en el cine
San Martín o la Sociedad Italiana, que eran
los lugares mágicos, los que nos llevaban a
las praderas de EEUU con los indios o los cowboys,
a la selva con Tarzan, o nos hacían reír
con los dibujos animados.
Así transcurrió mi infancia de pueblo,
entre juegos, cine, mis revistas y libros, con idas
a la laguna o paseos al pueblo nuevo a casa de mis
tíos o de mis abuelos.
No teniendo TV, pero si revistas y el cine, no había
Internet pero igual viajábamos desde el centro
de la tierra hasta la luna con Julio Verne, y nos
convertíamos en soldados, astronautas o cowboys
con nuestros juguetees sin TV, sin videos, sin Internet
pero igual éramos felices.
Todavía busco esos cines, esos lugares mágicos,
para volver aunque sea por un instante a ese tiempo,
en ese pueblo y con mis compañeros y mis padres,
para recorrer esas calles de tierra, sentir el aroma
de malvón y jazmín, y ver a mi mama
amasando pan y al viejo arreglando el patio.
NOTA:
Lo de escribir esto me salio al ver las fotos del
DIA de la primavera en la Laguna, eso me hizo añorar
mucho el lugar donde seguramente algún día,
ojala que no este muy lejano, vuelva a vivir, extraño
todo hasta las lagrimas.
CHAU. Alberto Sequeira